EL DOLOR DE LOS POETAS
(1936-1977)
Somos los eternos olvidados de las cunetas,
un disparo triste recuerda nuestro origen.
Los espectadores aplauden con desgana,
no tuvieron suficiente sangre ni tortura.
El espectro de Lorca amordazado se levanta,
Luis Cernuda intenta inútilmente fundir deseo y realidad
mientras Aleixandre languidece sin poder besar el pecho desnudo de su amor.
Los espectadores tapan sus oídos con cera
para no escuchar el dolor de los poetas.
Nadie se interesa por nosotros,
nuestros asesinos nos gobiernan y bendicen.
Aburridos los espectadores quieren una revolución,
pero una revolución bancaria.
Sin palabras para describirnos, no interesamos a nadie.
El vicio burgués decolora nuestras manos,
nuestra anomalía no es revolucionaria, sólo queremos amar
y nos dicen que ya tenemos prostíbulos y cines clandestinos.
La sociedad no está preparada para reconocernos,
ni siquiera las bombas explotan por nosotros.
Nadie reconoce el cadáver semidesnudo
hallado en el parque, no saldrá en los periódicos.
Nadie quiere hablar porque no existimos,
sin víctimas no hay violencia.
Me avergüenza este país de muertos, crucifijos y silencio.
La amnesia nos hermana con los eternos olvidados de las cunetas.
Eufóricos espectadores celebran su libertad de expresión
borrando el pasado, mirando con esperanza su futuro,
pero mi expresión se reduce al anonimato y al silencio
porque nuestro amor y nuestros cuerpos son invisibles.
Somos los protagonistas invisibles,
los eternos olvidados de las tapias de los cementerios.
Y ahora comprendo que nunca podré amar,
nadie soñará nunca con mi cuerpo.
© José María Herranz Contreras
8 comentarios:
Enhorabuena José María, poeta.
El calado de tus palabras sustenta este gran poema. Enhorabuena.
Impresionante e impresionado... Muchas felicidades por el premio, tardío, pero inquiestionablemente merecido.
Gracias a todos, de corazón. Creo que el poema describe perfectamente el drama español en la voz de los que nadie quiere escuchar y nadie podrá silenciar por mucho que se intente borrar su memoria.
Un poema muy reflexivo, muy crítico, bien construido y al hilo de muchas preocupaciones actuales. Muy poderosa esa idea de la imposibilidad de ser feliz. Buen premio, José María
Gracias, Paco. Pienso que aun siendo un poema sobre los protagonistas invisibles de la transición española (los muertos, los asesinados, los marginados), la identificación de la voz del pueblo con la voz de los poetas, también desaparecidos, es completa, y los muertos no pueden ser felices, por lo menos en esta vida. Pienso también que el poema tiene varios niveles de lectura, pues el "somos..." reiterativo a lo largo del texto se refiere asimismo al "somos" de los vivos.
José María, después de vernos ayer y de tu gentileza con el disco que oirá con atención, hubo una conversación con unas amigas, con una en especial, que mostró interés en la edición. He comprobado que no tengo tu correo (sé que lo tenía) por lo que si no te importa me escibes a este mío para poderte contar y que me cuentes. Mi correo es salvodeti@gmail.com
Te felicito por el premio, pero aparte el poema está muy bien, es de esos poemas eternos y precisamente eterno por "somos"
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